jueves, 18 de octubre de 2012

El rencor, la envidia y el egoísmo nos impide surcar este nuevo afluente del río que una vez recorrimos. Este afluente, tenía la entrada muy ancha pero según iba descendiendo hacia el mar, se iba 'achicando'.

Llevo rota de dolor varios meses aunque intento ocultarlo ya que, estoy segura de que si estuviera enseñándolo, no me querría nadie a su lado.
'¿Quién quiere una amiga que se pase los días llorando?' '¿Quién quiere una novia que solo quiere llorar en el hombro de su chico?'

Mi cuarto, convertido en mi hermano mayor, dado que es el único que me protege cuando mi cabeza tiene ganas de escapar o explotar.


Me duele que no pueda apoyarme en nadie; porque a quien quiero que lo haga, no querrá.

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