miércoles, 13 de junio de 2012

Hipocresía como forma de vida

Cada uno vive lo que le toca vivir. Cada uno tiene una personalidad acorde de sus experiencias en la vida; incluso por conveniencias. Depende qué padres, qué colegio, qué ciudad y en qué mundo te has criado.

En mi mundo no todo era simpatía, humildad, amabilidad... en mi mundo estaba presente la apatía por el que    no encajara, el egoísmo y el qué dirán. Estoy acostumbrada a que si alguien quieres ser de provecho, con estatus social e irremediablemente, moverte por mundos económicamente altos, debes ganártelo por tus actos. Es decir, no todo viene dado de simpáticas rositas; se premia la antipatía y tienes que ir abriéndote camino.
Siempre he optado por ser yo misma pero cuando eso no funciona, tienes que abrirte paso como medianamente puedas. Confiar o no confiar es independiente al tema ya que tú mismo sabes en quién confiar y en quién no. En mi mundo, no debes confiar de nadie; haciendo alguna excepción.
Poco a poco... muy poco a poco, te haces notar; cuando todos ya están metidos en un saco. Antes no quisiste dar paso a través ya que te tachan de una u otra. Yo preferí ser neutral.
La conveniencia en términos económicos se hace notar más con los años. Son amigos... ¿por qué? Solo los unen sus estudios. Supongo. Se llaman de todo a las espaldas y aunque lo sepan... ¡les da igual! Esto parece un mundo de locos pero creedme, no lo es.

Somos como estamos acostumbrados a que nos traten e incluso cuando cambiamos en la forma de actuar, cambian cómo nos tratan.

Eso de ''todo fácil; tenéis dinero; sois unos niños pijos ricos de papá...'' de eso hay, pero cada cual tiene tu historia particular.

-Yo sé que me ponen verde, como yo a ellos.
-¿No te importa?
-Para nada. Cuando me largue de aquí, cada uno hará su vida y seguiremos en contacto para negocios... o lo que sea.
-Pues no entiendo para qué quieres 'amigos' que son hipócritas en todos los ámbitos. Pero bueno, es una opción de vida.
-Exactamente. Voy a vivir bien como mis padres; voy a comprar todo lo que quiera; en mi casa se sabrá de qué hablamos y cómo lo hacemos pero solo en privado.

Buenas noticias: ''No estoy sola''

Ya no pensaba en que quería verle otra vez; Sí quería, pero no lo pensaba. Por fin, después de cuatro meses, he podido verle en mis sueños. 


Siempre le veía: en mi cabeza. Esta vez, no solo en mi cabeza, sino durante un periodo de la noche pude hablar con él y preguntarle qué tal estaba, donde estuviera.
Aparecía en una calle de Cáceres, sé que calle, sé donde está pero no tiene nada que ver conmigo ni con él. Venía con una gabardina y parecía más grande. En cuanto le reconocí, fui a darle un abrazo y me arropó con su presencia en mis sueños. Lloré en sus hombros por un rato; desprendiendo una irremediable felicidad que hacía meses no sentía entre mis entrañas. Me decía, con un feliz rostro, que no me preocupara; él está bien y feliz. Sé que decía mucho más pero con lo que quise quedarme era que estaba bien. Fue un corto rato pero es el mejor sueño que he tenido en mi vida.


Por primera vez durante estos meses, me levanté de la cama con ganas de vivir, con fuerza y sobre todo con esperanza de tiempos mejores; sé que él está conmigo en el camino que voy a recorrer el resto de mi existencia. 
No sabemos hasta qué punto nuestros sueños pueden cambiarnos en nuestro comportamiento. No sabéis hasta que punto he llegado de encontrar mi paz espiritual.



''Soñar con los abuelos que están ya muertos y en el sueño le hablan, escuche lo que le dicen, seguro que le están transmitiendo algo importante.''


Quizá hasta puede que sea mi regalo de cumpleaños.

martes, 12 de junio de 2012

-Qué triste e incluso penoso es que estés viendo la tele, veas un anuncio en particular y tengas ganas de llorar-

Aún recuerdo esos veranos en los que mi abuela me decía que fuera con ellos al pueblo. Yo no quería ir; aunque pareciera extraño no quería porque ¡no quería tener más hermanos! Sí. Yo sabía que si dejaba a mis padres solos harían algo... una vez, estando en el pueblo le pregunté a mi madre -por teléfono- si se había quedado embarazada. ¡Qué tonto resulta, ahora mismo!
Llegaba a ese pueblo; el de mi abuelo. Entraba en la pequeña casa con -creo- cuatro pequeñas habitaciones, una cocinita que daba al pequeño patio, un saloncito -que no estaba nada mal-, un pequeñísimo baño y  un hall mínimo.
Aún recuerdo aquellos días de verano como algo que ocurrió hace tanto tiempo, como en otra vida pasada. Mis recuerdos con un par de amigos de mi edad -los únicos del lugar-, yendo a la estación de Renfe, entrando en aquella solitaria oficina y jugando con los papeles de suscripciones de nosequé. Cómo mi abuelo detallaba con exactitud los apaños que una vez había logrado en los paneles de luz. Recogiendo 'periquitos' y dándoselos a mi abuela o yendo a la casa de la vecina: única piscina del pueblo -quitando el Camping de Monfragüe- donde jóvenes -ahora de mi edad- y niños -de 6 añitos, entonces- disfrutábamos del aroma inocente e infantil que nos brindaban.

Se respiraba otro mundo, un mundo paralelo inocente y veraniego; sin diferencias, con humildad y tantos recuerdos como años han pasado.

lunes, 11 de junio de 2012

Palabras como dagas que destrozan todo.

Me despido... Creo que hasta aquí hemos llegado. No puedo más. 
Ojalá algún día seas como fuiste una vez. 

sábado, 9 de junio de 2012


Esperabas estas ferias ya que siempre te lo pasabas muy bien. Este año... este año no las esperabas. 
Cuanto más tiempo pase, más tiempo hará que no puedes hablar con él. Llegaste a la feria. 
Cada año ibais todos juntos a cenar churros; cada año llegabas a casa con un montón de globos de las atracciones y después dormías allí ese día. 
Este año era diferente. Habías pasado tres meses deseando que el tiempo se parase, que la tierra dejara de dar  vueltas sobre su eje y desaparecieras a otro planeta. 
Llegaste a la feria.  En cuanto atravesaste la brillante puerta principal, te diste cuenta de todos los recuerdos que rondaban tu mente. Acompañada o no, intentabas no hablar del tema con nadie. Cruzaste el puesto de churros de chocolate; aquellos que al goloso de tu abuelo le encantaban. Un escalofrío recubrió tu cuerpo y decidiste no pensar; dejarte llevar. 
La noche comenzó y también el alcohol. Una cosa y otra hicieron de la noche una pequeña pesadilla durante un  tiempo y reventaste. Llorándole a tu amiga. Llorándole y contándole qué te ocurría. 

Cuatro meses

Me pregunté cómo es que hacía 'tanto tiempo' que mis ojos no derramaban sueños. De repente, caí en la cuenta: estaba llorando de nuevo. No era una de esas veces que lloras desconsoladamente durante un largo rato, sino una de las que estás horas y horas escribiendo tristezas, recordando cada segundo que pasaba a su lado, a cada lugar que te llevaba, cuando te reñía, se enfadaba llamándote 'vaga'... incluso cómo tu primo te contaba anécdotas de la niñez junto a él.
Ayer, terriblemente habían pasado cuatro meses. Desde que saliste de clase y yendo hacia el coche rezabas y deseabas que tu padre no te dijera nada malo. Cómo al verte, se le cayó el alma y te dijo se había marchado; cómo lloraba mientras te lo decía y cómo se volvía a meter en el coche. Tú entrabas, te sentaste en tu sitio de siempre, el izquierdo; mirabas a la nada y llorabas. Llorabas como si de tu corazón hubieran arrancado una parte tan grande, como tu mundo entero. Llegabas a casa, tiraste rápidamente la mochila y, encerrada en tu cuarto, comenzabas a llorar. Jamás habías llorado de esta forma. Estabas llorando como si de verdad, te faltara algo. Un llanto desgarrador sonaba por todos los rincones de ese hogar. ¿Uno solo? No. Se escuchaban más de uno. Hasta tu pequeña perrita lo sabía. Cogiste tu teléfono y comenzaste a ver fotos, vídeos... vídeos de él, de su voz. Entró tu padre en tu habitación, alarmado por tus gritos. Quiso consolarte pero él mismo sabía que no era posible. Los dos días peores en mi vida; aquellos en los que recuerdo cada momento como si hubieran ocurrido hoy mismo. 
Fuiste a por tu abuela y juntas, unidas en el abrazo más fuerte que habías sentido nunca, llorasteis y gritasteis; pedisteis al cielo por su alma; rogasteis a Dios el cuidado que él merecía.


Ahora, nuevamente es ella quien te cuenta sus anécdotas. De ellos dos juntos.

Una ella

Ella vio como de mis ojos caían lágrimas que asesinaban mi alma. Ella vio la parte más tierna de mi mirada.
Unas lágrimas que un día, provocó ella. 

Ella no debió haber visto nada.
¿Cómo puedo decirlo..? No sé exactamente qué palabras puedo pronunciar para que no te asustes y huyas. Sé que si no mido mis vocales podrás marcharte, te irás. No quiero que huyas, por el simple hecho de que te quiero. Te sigo queriendo. Necesito que cuides de mí, que hagas de estos ojos color chocolate, unos ojos felices que todo el mundo envidie su felicidad. Que me hagas recordar cómo y quién era antes. Creo que puedes conseguirlo.

A trozos de alma

Tengo un pequeño secreto guardado en mi corazoncito. Mi corazón está estropeado y busco un reparador que  lo mime; lo quiera como si fuera suyo; que haga que este vuelva a sonreír, como tanto hacía antes. Porque sí, los corazones sonríen.
Si un corazón está malherido, tu rostro no podrá mentir; quizá si pueda, durante un poco. Pero rápidamente, en su soledad volverá a llorar. Él no llorará junto a personas; no muestra debilidad. Al menos eso quiere, no mostrarla. Cuando alguien quiere tu mal, en cuanto vea que tu corazón está maldito, irá a rematarlo.
Nos quejamos de la falsedad en la que vivimos pero... es cierto, si nuestros mandantes son así, ¿cómo van a ser sus votantes..?

Imaginad mi grado de decepción sobre este país que, por ahora, desisto de política. No sirven de nada. No hay ni buenos ni malos, solamente mentirosos.
Mis compañeros de clase cada vez que hablamos de política se refieren a mí como 'la de izquierdas' (Todos ellos son del otro bando). Simplemente no me cabía en la cabeza como en pleno siglo XXI había gente de derechas aún. Actualmente veo todo normal ya que esto es una mierda de sociedad, de caridad... No hay más que hipócritas. Ni tal y cual, todos son basura. 

I still loving you